Lenguajes: comunicación y representación

En esta área se establecen actividades relacionadas con el lenguaje, su comunicación y su representación.

BLOQUE I: "Lenguaje verbal"

Se establecen actividades y cuentos sobre el lenguaje verbal.

Actividad 1:  El abecedario

Fácil - IntermedioDifícil


CUENTOS:

Aquí podremos encontrar una recopilación de cuentos infantiles de diferentes temáticas:

VIDEOCUENTOS:

1º Chivo chivones:



2º La cebra camila: 



3º El príncipe ceniciento:



CUENTOS DE ANIMALES:

1º Cuento: Rita la mariposa

Rita, la mariposa, tiene alas rojas y brillantes como el sol. Vive en el bosque tropical, que está lleno de peligros; pero a ella nada la asusta... ¡ni siquiera los elefantes!

Las otras mariposas tienen miedo a que los elefantes las aplasten y los observan de lejos; pero Rita es muy traviesa y disfruta haciéndoles cosquillas con sus alas. Los elefantes se enfadan: sacuden las orejas, levantan la trompa, patalean... ¡pero nunca consiguen atraparla! Una mañana, los elefantes no aparecían por ningún lado.

 Estarán bañándose – dijo Rita -. ¡Vamos al río!
 ¡No! - gritaron sus amigas -. Las mariposas que van al río acaban perdidas.

Intentaron convencerla para que se quedara jugando entre las flores, pero Rita era muy atrevida y... arriba-abajo, arriba-abajo, arriba-abajo... ¡se fue volando hasta el río! Rita fue como una flecha hacia los elefantes, que chapoteaban en el agua. Las otras mariposas la siguieron de lejos. Desde las rocas vigilaban preocupadas.

De pronto ¡Plas! Un elefante grandullón casi la aplasta de un empujón. ¡Zas! Otro elefante, malhumorado, casi la estruja con el rabo.

 ¡Cuidado, Rita! - gritaban sus amigas con mucho miedo.

Rita, asustada, se alejó de la orilla y empezó a sentirse cansada. Quiso volver, pero sus alas se movían... arriba-abajo, arriba-abajo, arriba-abajo... ¡cada vez más despacio! De repente, dejó de moverse.

Las otras mariposas se taparon los ojos. Rita cayó en picado... y empezó a flotar, río abajo, gritando: ¡Socooooorrooooo! ¡Nadie podía ayudarla! 
Entonces, un elefante pequeñito pero de gran corazón, al ver sus alas rojas brillando en el agua, sumergió la trompa y aspiró y aspiró... Rita tomó aire y cerró los ojos, muerta de miedo. Cuando los abrió, todo estaba húmedo y oscuro. Al momento, el elefantito levantó la trompa, resopló y resopló... y apareció en el cielo un destello brillante... ¡Era Rita!

De golpe, aterrizó en las rocas. Estaba un poco asustada pero sana y salva. Con mucho cuidado, las otras mariposas le escurrieron las alas y la llevaron a casa. Su mamá le dio la flor más dulce del bosque y Rita durmió durante tres días.

Desde entonces, no volvió al río. Y en los días de mucho calor, en vez de hacerles cosquillas, Rita revolotea entre los elefantes y los abanica con sus hermosas alas rojas.

2º Cuento: Pino en el mar.

La playa estaba llena de arena. El mar, repleto de agua. Y la familia de Pino, cargada de cosas para pasar las vacaciones. El papá de Pino se puso un bañador de lunares. Era un pingüino tan gordo que el bañador era tan grande como dos bañadores. La mamá de Pino se tumbó al sol. Era una pingüina tan pálida que quería ponerse morena. Y Pino salió corriendo hacia la orilla. Era un pingüino tan impaciente que no podía esperar para divertirse.

Pino juntó caracolitos. Y luego los desparramó por cualquier parte. Caminó sobre la arena húmeda y la dejó toda pisoteada. Contruyó un castillo. Y nombró rey a un cangrejo. Rodó hasta quedar como un filete empanado. Chapoteó en la espuma que se acercaba. Y, por supuesto, salpicó a todo el mundo. Al fin, se zambulló en el mar. Nadó para acá y para allá.
 ¡Eh! ¡Mamá, mira lo que hago! - gritó contento.

Nadó rápido y despacio.

 ¡Eh! ¡Papá, mira lo que hago! - gritó feliz.

Nadó panza arriba y cabeza abajo. Esta vez no gritó nada porque tragó un poco de agua. El papá de Pino se comió un bocadillo. La mamá de Pino se sentó a leer bajo la sombrilla. Y, mientras, pino seguía en el mar. Y en el mar siguió hasta mucho rato después.

 ¡Ya es hora de salir! - ordenó el papá.
 ¡Se te está arrugando la piel! - exclamó la mamá.
– ¡Tienes el pico morado! - dijeron los dos.

Pero Pino no quería salir del agua. No le importaba la hora, ni las arrugas, ni el pico morado. Así se buceó y saludó a los peces, acarició las olas y atrapó unos cuantos flotadores. Nadó para acá y para allá. Nadó rápido y despacio. Nadó panza arriba y cabeza abajo.

La mamá de pino le hizo señas con las alas. El papá le hizo señas con un helado de chocolate. Pero Pino tenía sal en los ojos y algas en las pestañas. Y no les hizo caso.

De pronto, Pino vio algo raro flotando a su lado. Parecía una isla redonda.

 Si parece una isla redonda – dijo muy seguro. Y se subió.

Era una isla de lunares. Era muy divertido estar sentado en una isla redonda y de lunares. Pero, de repente, la isla empezó a moverse. Navegó suavemente hacia la orilla. Pino no podía detenerla...
           
La isla avanzaba poco a poco y, al llegar a la playa, se detuvo. Pino se bajó de un salto... ¡Menuda sorpresa se llevó! La isla redonda y de lunares era la barriga de su papá, con un bañador tan grande como dos bañadores.

 El papá de Pino sonrió. La mamá envolvió a Pino en una toalla. Y los tres volvieron a casa canturreando. Entonces, el papá de Pino preparó una bañera llena de agua.

 Es la hora del baño – dijo.
 ¡No puedo entrar en el agua! ¡Tengo la piel arrugada y el pico marado! - prostestó Pino.
            
El papá de Pino se rio, pero no le hizo caso. Echó espuma en el agua y también una ballena de plástico.

 Está bien – dijo Pino -. Pero quiero que luego la isla me lleve a mi cama.
            
Así que después del baño, el papá llevó a Pino hasta su cama. Se acomodó a su lado y le contó el cuento de una sirena. Pino se acurrucó junto a él. Abrazó a la isla redonda y de rayas. Porque ahora el papá tenía un pijama de rayas tan grandes como dos pijamas de rayas. Y Pino se quedó dormido.

CUENTOS DE FANTASÍA:

1º Cuento: La bola de nieve.

Había una vez un copo de nieve recién nacido que cayó del cielo, ondulante, blanco y brillante, muy hermoso.

Al posar en el suelo, vio con júbilo y alegría que estaba junto a otros copos de nieve iguales a él. Estaba feliz formando parte de aquel manto blanco que cubría la loma de la montaña.
Pasaron los días y el pequeño copo de nieve ya era todo un veterano en la montaña, disfrutando del paisaje y disfrutando del viento que le acariciaba.


Una mañana algo hizo sobresaltarse al pequeño copo de nieve. Todos los pequeños copos de nieve que había junto a él también se alarmaron. Era como un temblor, algo se movía, algo extraño estaba pasando - ¿ un terremoto ? - pensaron.

Había nevado recientemente y nuevos copos de nieve habían caído sobre los que ya habitaban la montaña, los cuales se enfadaron porque estos nuevos copos de nieve les ocultaban las vistas del valle, así que los empujaban constantemente - ¡ apártate ! - les decían - ¡ no me dejas ver! - . Se pasaban el día peleando, era un auténtico alboroto constante.

Así ocurrió que tanto los antiguos copos de nieve como los recién caídos, no se llevaron nada bien, por lo que en lugar de unirse y formar una nueva familia de copos de nieve unidos y bien avenidos, se mantenían separados. Aquello provoco que las dos capas de nieve formadas por los viejos copos de nieve y los nuevos recién llegados, de repente se separaran hasta tal punto que la capa de nieve recién caída comenzó a resbalar por la ladera, arrastrando también a su paso a parte de la ya veterana capa de copos de nieve antiguos.

- ¡¡ Era una avalancha !!

Sin darles tiempo a reaccionar se encontraron deslizándose a gran velocidad ladera abajo y el pequeño copo de nieve se asustó.

- ¡¿ Que está pasando ? !- grito
- ¡ Estamos cayendo montaña abajo ! - le grito un copo de nieve mientras lo adelantaba a gran velocidad - eso nos pasa por no aceptar a los nuevos y estar siempre peleando !
- ¡ Dame la mano ! - grito el pequeño copo de nieve.

Ambos copos de nieve, con gran esfuerzo, consiguieron darse la mano sujetándose el uno al otro con fuerza y en su camino iban sujetando a todos los copos de nieve que se encontraban a su paso sin importar si eran nuevos o viejos, pues estaban tan asustados que aquello ya no tenia importancia para ellos. Tanto viejos copos como los recién caidos iban formando una piña de asustados y aturdidos copitos de nieve formando algo parecido a una blanca bola de helado de nata que comenzó a rodar montaña abajo.

La pequeña bola de nieve seguía su camino hacia el valle, sin descanso, rodando cada vez más deprisa y nuevos copos de nieve se agarraban y agarraban los unos a los otros formando a cada vuelta una bola mayor.

Al cabo de unas cuantas vueltas y siendo ya la bola grande como una pelota de playa de repente alguien dijo

- ¡ Que divertido !

Todos se miraron los unos a los otros y soltando una estruendosa carcajada exclamaron.

- ¡ Sí ! ¡ no tenemos nada que temer ! ¡esto es muy divertido !
- ¡ Yupiiiiiiiiii ! - gritaban todos mientras giraban y giraban pasándoselo en grande.

Entre risas y chillidos de diversión, todos los copos de nieve continuaron su emocionante caída rodando por la ladera, era lo más divertido que habían hecho nunca y lo habían hecho todos juntos.

Al llegar al pie de la montaña, la bola de nieve fue deteniéndose poco a poco hasta quedar completamente parada sobre un alborotado manto de nieve disperso por el alud. Todos los copos de nieve respiraron profundamente totalmente extasiados de tantas emociones.

- ¡Esto ha sido de lo más alucinante ! - decia uno - ¡ si !, ha sido una auténtica pasada ! - exclamaba otro.


Nuestro pequeño copo de nieve les dijo con la voz entrecortada por la excitación de aquel momento tan divertido.

- Esto lo hemos conseguido estando todos unidos. Unidos podemos disfrutar de buenos momentos y estoy seguro que conseguir cualquier cosa que nos propongamos. Nos pasábamos el día peleando y hemos causado una avalancha, que por suerte, nos ha enseñado que, como siempre, ¡ la unión hace la fuerza ! 

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

2º Cuento: Mariquilla ríe perlas.

Cuentan que un pobre campesino se quedó viudo al nacer su única hija. Ésta, a la que pusieron de nombre Mariquilla, resultó ser guapísima. La más guapa del pueblo, sin la menor duda. El hombre estaba con ella como Mateo con la guitarra, pues en su pobreza se aliviaba de ver aquella hermosura.

Enfrente de ellos vivía doña Patro, una ricachona gorda y con bigotes, que también se había quedado viuda. Tenía una hija de la misma edad que Mariquilla, pero más fea que Picio. Cada vez que Mariquilla pasaba por su puerta, la llamaba doña Patro para darle alguna golosina, y le decía:

 ¡Hay que ver cómo te tiene tu padre! Con lo linda que eres, y con ese vestido tan viejo y esos zapatos tan rotos. A tu padre le convenía casarse.
            
La niña iba y le contaba a su padre todo lo que le había dicho doña Patro, y un día le dijo:

 Padre, ¿por qué no se casa usted con doña Patro?
 Eso es lo que ella quisiera – contestó el padre. Y para darle largas al asunto, añadió -: Dile que cuelgue unos zapatos nuevos del techo, y cuando se pudran, me caso con ella.

Mariquilla, como era tan inocente, fue y se lo contó a doña Patro, que le dijo:

– Pues descuida, que eso haré.
            
Y lo hizo. Cogió un par de zapatos nuevos y los colgó del techo del zaguán, donde todo el que pasara pudiera verlos. Pero por las noches, cuando cerraba la puerta, ¿sabéis lo que hacía? No os lo vais a creer. Bajaba los zapatos y se hacía pis en ellos.
            
Claro, en poquísimo tiempo los zapatos se pusieron que daba penita verlos. Entonces doña Patro llamó a Mariquilla y le dijo:

– Ya lo estás viendo con tus propios ojos. Así que le dices a tu padre que cumpla con su palabra.
            
El pobre hombre no tuvo más remedio que casarse con la de los bigotes, ver también si mejoraba la suerte de su hija.
            
Pero no fue así. Aunque al principio doña Patro la trataba como a su hija, poco a poco la fue despreciando, muertecita de envidia como estaba de ver lo guapa que era.
            
El padre, como estaba casi todo el día en el campo, cuidando las propiedades de su mujer, no se daba cuenta.
            
La madrastra lo primero que hizo fue quitar a Mariquilla de la habitación de la fea y ponerla en el cuarto de las cenizas. Después, la obligaba a hacer las faenas de la casa, en vez de mandarla al colegio. Mientras, la madre y su hija se daban buenos paseos y se hartaban de pasteles.
           
Mariquilla lloraba en silencio, pero no protestaba. Un día la madrastra la mandó al río a lavar una carga de ropa. Y estando en el río se puso el cielo negro, como de tormenta, y empezó a llover, con truenos y relámpagos. Mariquilla salió corriendo, se metió en un bosque y pudo llegar a una cabaña que allí había.
            
Como estaba la puerta abierta, entró, pero allí no había nadie. Estaba todo hecho una calamidad. Todos los cacharros sucios, las camas sin hacer, las sillas volcadas...
            
Empezó a recoger y a limpiar, y cuando lo tenía todo como los chorros del oro, puso una olla de agua al amor de la lumbre para amasar el pan.
            
De pronto sintió un tropel de caballos y Mariquilla se escondió detrás de la artesa, poniéndola contra la pared. Entraron tres bandoleros y una perra. Y dijo el que era el capintán:

 ¡Esto parece cosa de brujería! ¡En mi vida he visto una casa tan limpia! - pero la perra enseguida olió a la niña y la delató.
 ¡Guá, guá, detrás de la artesa está! ¡Guá, guá, detrás de la artesa está!
            
Mariquilla salió temblando.

 No tengas miedo, preciosa niña – dijo el capitán -, que somos bandoleros, pero buenas personas. Dinos quién eres y por qué estás aquí.
           
La niña entonces les contó su historia y se sintieron tan conmovidos, que otro dijo:

– Pues sólo por eso, cada uno de nosotros te va a dar un don maravilloso. Yo te daré el don de echar perlas por la boca cuando te rías.
 Yo – dijo otro -, que te salga un lucerito en la frente.
 Y yo – dijo el tercero – que cada día seas más guapa.
            
Así se presentó Mariquilla en su casa, y nada más verla, a la madrastra le dió un patatús.
            
A Mariquilla le entró risa y empezó a echar perlas por la boca. Entonces la madrastra y su hija se tiraron al suelo a coger las perlas, y a la niña más risa le daba y más perlas echaba.

  Pero, pero niña, ¿tú dónde has estado?
            
Mariquilla lo contó todo al revés. Dijo que era una recompensa que le habían dado por entrar en la casa de unos bandoleros y revolverlo todo, deshacer las camas y tirar las cenizas por el suelo.

 ¡Ah, sí!, pues mañana va a ir mi niña a hacer lo mismo, para que se ponga guapa.
            
Entonces la fea fue a casa de los ladrones y lo hizo todo mal. Cuando llegaron los bandoleros, el capitán dijo:

 ¡Demonios, en mi vida he visto una cosa tan fea! Y encima viene y nos ensucia la casa, ¡Pues te vas a enterar! Te doy el don que cuando llores eches cacas de burro por la boca.
 Y yo – dijo otro -, que te salga un cuerno en la frente.
 Y yo – dijo el tercero -, que seas cada día más fea.
            
Y así se presentó la hija de la madrastra en su casa, y a la madre le dio otro patatús. Y cuando la niña rompió a llorar, para qué contarlo. La madre la encerró en su cuarto con siete llaves, y le dijo a Mariquilla:

 Malvada, que me has engañado. Te acordarás de mí.

            
Un día llegó a oídos del príncipe la belleza y las cualidades de Mariquilla y mandó llamarla para casarse con ella. Entonces la madrastra la escondió en un sótano, y a su hija le cortó el cuerno, se lo raspó, y le echó tres kilos de polvos. Y así la hizo pasar por Mariquilla. De todas formas, también le puso un velo por la cara, diciendo que a Mariquilla le daba vergüenza que la vieran tan guapa y con aquel lucerito en la frente. Que la única condición que le ponía al príncipe era que no le descubriese el rostro hasta después de casados. El príncipe aceptó, y cuando por fin pudo verla, ya le había crecido el cuerno y estaba más fea que una mona vieja.

 ¡Socorro, socorro! - gritó el príncipe por los pasillos -. ¿Quién me ha engañado de esta manera?

En aquel instante llegó el padre con Mariquilla, a la que había sentido llorar en el sótano, y todo se aclaró. A doña Patro y a su hija las sentaron en unos cubos llenos de clavos. Y el príncipe y Mariquilla se casaron y ... y colorín colorado, este ceniciento cuento se ha acabado.

BLOQUE II: "Lenguaje audiovisual y tecnologías de la información y la comunicación"

Se establecen actividades, música y canciones sobre el lenguaje audiovisual y las tecnologías de la información y la comunicación.

MÚSICA:


UN BARQUITO DE CASCARA DE NUEZ:



Un barquito de cáscara de nuez,
adornado con velas de papel,
se hizo hoy a la mar para lejos llevar 
gotitas doradas de miel.

Un mosquito sin miedo va en él
muy seguro de ser buen timonel.
Y subiendo y bajando las olas
el barquito ya se fue.

Navegar sin temor, 
no hay razón de ponerse a temblar.
Y si viene negra tempestad 
reír y remar y cantar.

Navegar sin temor
en el mar es lo mejor.
Y si el cielo está muy azul,
el barquito va contento por los mares lejanos del Sur.

Un barquito de cáscara de nuez,
adornado con velas de papel,
se hizo hoy a la mar para lejos llevar
gotitas doradas de miel.

Un mosquito sin miedo va en él
muy seguro de ser buen timonel.
Y subiendo y bajando las olas
el barquito ya se fue.

Navegar sin temor
en el mar es lo mejor,
no hay razón de ponerse a temblar.

Y si viene negra tempestad
reír y remar y cantar.

Navegar sin temor 
en el mar es lo mejor.
Y si el cielo está muy azul
el barquito va contento por
los mares lejanos del Sur.

SUSANITA TIENE UN RATÓN:



Susanita tiene un ratón.
Un raton chiquitín.
Que come chocolate y turrón.
Y bolitas de anís.

Duerme cerca del radiador.
Con la almohada en los pies.
Y sueña que es un gran campeón.
Jugando al ajedrez.

Le gusta el fútbol.
El cine y el teatro.
Baila tangos y rock´n roll.

Susanita tiene un ratón.
Un raton chiquitín.
Que come chocolate y turrón.
Y bolitas de anís.

Duerme cerca del radiador.
Con la almohada en los pies.
Y sueña que es un gran campeón.
Jugando al ajedrez.

Le gusta el fútbol.
El cine y el teatro.
Baila tangos y rock´n roll.

Y si llegamos y nota que observamos.
Siempre nos canta esta canción.

CANCIONES:
EL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN:


Es muy importante que un niño o una niña se conozca sus derechos, es por eso que desde pequeños debemos inculcarles que todos ellos tienen derechos y obligaciones. Una buena forma de conseguir esto puede ser mediante esta canción.


Hoy en este día
hay que celebrar que nuestros derechos
siempre respetáis.
Que vuestros cuidados
nunca faltarán.
Que vuestro cariño siempre quedará.

Gracias por darnos un nombre y un país.
Gracias por darnos vuestra protección.
Gracias por llevarnos a la revisión
para la vacuna que manda el doctor.

Gracias por darnos amor y comprensión.
Gracias por darnos una educación.
Gracias por llevarnos al colegio ya
para que aprendamos muchas cosas más.

LOS CINCO PECES:


Tengo cinco peces

que bonitos son
cada uno tiene
distinto color
uno es amarillo
otro es azulón
otro color verde
y el otro salmón
el más pequeñito
que nada mejor
de ese no se sabe
cuál es su color.

SI TU TIENES:


Si tu tienes muchas ganas de saltar (salto).
Si tu tienes muchas ganas de saltar (salto)
si tu tienes la razón, y no hay oposición,
no te quedes con las ganas de saltar (salto).

Si tu tienes muchas ganas de gritar (grito).
Si tu tienes muchas ganas de gritar (grito)
si tu tienes la razón, y no hay oposición,
no te quedes con las ganas de gritar(grito).

Si tu tienes muchas ganas de aplaudir (aplaudo).
Si tu tienes muchas ganas de aplaudir (aplaudo)
si tu tienes la razón, y no hay oposición,
no te quedes con las ganas de aplaudir (aplaudo).

PONTE EL CINTURÓN:


Ponte el cinturón.
Ponte el cinturón.
Al andar en auto siempre ponte el cinturón.
Ponte el cinturón.
Ponte el cinturón.
Que por un frenazo te harás dueño de un chichón.
Un chichón, un chichón, un chichón,
Un chichón, un chichón, un chichón,
Un chichón por no ponerte el cinturón.
Un chichón, un chichón, un chichón,
Un chichón, un chichón, un chichón,
Distraído te olvidaste el cinturón.
Tienes un chichón.
Tienes un chichón.
Eso de seguro es por no usar el cinturón.
Ponte el cinturón,
Ponte el cinturón,
Al andar en auto siempre ponte el cinturón.

BLOQUE III: "Lenguaje artístico"

Se establecen actividades sobre el lenguaje artístico.

Actividad 1: Los instrumentos

Fácil - Intermedio  

BLOQUE IV: "Lenguaje corporal"

Se establecen actividades sobre el lenguaje corporal.

Actividades 1: Partes de la cara y el cuerpo.

Fácil - Intermedio

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